Cuidado de las joyas

Cuidado de las joyas

Para asegurarse de explotar todo el potencial de cada gema, los talladores y joyeros usan gran variedad de técnicas. Algunas de estas, como son el tallado y el engaste, se ven inmediatamente, mientras que otras, tales como los cuidados o los tratamientos, son relativamente poco conocidas, a pesar de usarse durante milenios. El tratamiento más antiguo conocido es calentar una gema para realzar su color, técnica utilizada en India durante más de 4000 años. Aceitar una gema para mejorar su claridad es otra antigua técnica que se ha usado durante más de 2000 años.

No todos los tratamientos de realce se remontan a la antigüedad. Hay técnicas, como la difusión en bloque de berilo de los zafiros y la deposición física de vapor (PVD) del topacio místico, que son resultado de innovaciones recientes. En el sector de las gemas se suele usar el término “realces” exclusivamente para las técnicas tradicionales que son tan comunes que apenas se mencionan, mientras que la palabra “tratamiento” se reserva para los métodos modernos. El problema es que esto no es universal, usándose frecuentemente ambos términos para el mismo proceso.

Sin importar como se llamen, todos los realces de las gemas acentúan solamente la belleza final de la formación natural de las gemas. Por definición es cualquier proceso, que no sea el corte o la talla, que sirve para mejorar el aspecto de la gema (p.ej. color, claridad, efectos, etc.), su durabilidad, valor o disponibilidad. Siendo la gran mayoría de las gemas realzadas de alguna manera, estos procesos se han convertido en parte importante del moderno sector industrial de las gemas. Dado el predominio de los realces, un término que aún tiene vigencia universal es “natural”. Una gema “natural” es una que no ha pasado procesos de realce ni tratamientos de ningún tipo.

DECLARACIÓN DE LOS REALCES APLICADOS

En un mundo donde muchos realces son muy difíciles (o imposibles) de detectar mediante instrumentos gemológicos corrientes, la declaración de los realces realizados puede desorientan al consumidor. La World Jewellery Confederation (CIBJO o Confederation Internationale de la Bijouterie, Joaillerie, Orfevrerie, des Diamants, Perles et Pierres) es la organizacion que registra las prácticas comerciales aceptables y la nomenclatura para la industria mundial de joyería. Según sus directivas, todos los joyeros deberían conocer como han sido realzadas las gemas que venden y poner esta información en conocimiento de sus clientes. Los realces pueden hacer que las gemas sean más bellas, asequibles e incluso más perdurables. Aun así, algunas gemas requieren de cuidados especiales. En esta sección exponemos algunas simples pautas de que hacer y qué no hacer en el cuidado de las gemas.

QUÉ HACER Y QUÉ NO HACER CON LAS GEMAS

Como uno de los atributos que definen una gema es su perdurabilidad, podemos asegurarnos de que duren generaciones con unas pocas pautas de que hacer y qué no. Lo mismo que no llevaríamos unos zapatos de tacones para jugar al baloncesto, tampoco deben llevarse gemas al practicar deportes o hacer trabajos domésticos. Un poco de sentido común y un vistazo a la siguiente tabla podrían marcar la diferencia entre una pieza de herencia familiar bien mantenida y una maltratada pieza de joyería cuyo brillo sea cosa del pasado.

QUÉ HACER

  • Mantener las joyas con gemas en compartimentos separados de un alhajero o en bolsas de tela, teniendo los collares siempre planos. Si las cadenas se guardan en bolsas, se evitara que se enreden si se deja el broche colgando afuera.
  • Eliminar en las gemas cuidadosamente aceites y sales con un paño que no desprenda pelusas después de usarlas.
  • Encargar periódicamente la limpieza al joyero. Los anillos acumulan polvo, jabón y mugre detrás del engaste si se usan habitualmente. Una gema sucia pierde color y brillo, pero la mayoría de las gemas se limpian fácilmente remojándolas en agua con jabón suave. Si están muy sucias, puede frotarse con cuidado detrás de la gema con un cepillo de dientes muy blando. Las gemas orgánicas tales como las perlas y el ámbar deben limpiarse con un paño húmedo solo.
  • Al guardar relojes, sacar su ruedecilla a la posición de ajuste de hora para que no se gaste la pila.
  • Escuchar los consejos del joyero. Si se sospecha que una gema esta floja, puede golpetearse suavemente cerca del oído. Si se escucha un “repiqueteo”, la gema estará floja y deberá arreglarse.
  • Preguntar al vendedor como limpiar y cuidar las joyas que se le compran.

QUÉ NO HACER

  • No ponerse las joyas antes de usar cosméticos, perfumes o sprays para cabello. Algunas gemas son porosas y pueden absorber sustancias químicas que las decoloran.
  • ¡No quitarse las joyas tirando de las gemas, pues podría aflojarse el engaste y hacer que la gema se cayera!
  • No guardar nunca las gemas amontonadas, pues podrían rayarse entre sí. Como la mayoría de las gemas son más duras que el oro, la plata y el platino, incluso las alhajas podrían dañarse en caso de guardarlas amontonadas.
  • No llevar gemas al practicar deportes, hacer trabajos domésticos u otras actividades con riesgo de impacto y exposición al calor o químicos. Hacer uso del sentido común.
  • No usar un agente limpiador común hasta haber verificado que es apto para las gemas.
  • No usar limpiadores de vapor ni ultrasónicos para las gemas. No todas las gemas pueden limpiarse con limpiadores mecánicos pero, en caso de duda, abstenerse de usarlos. Los limpiadores ultrasónicos transmiten vibraciones para que se desprenda la suciedad y los de vapor usan chorros de vapor para barrer la suciedad de las joyas.
  • No usar pulidores de cuberterías para limpiar joyas esterlinas. Además, existe el riesgo de que las gemas se enganchen en rendijas y esquinas

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