Rubí

NOMBRE

El Rubí deriva su nombre del latín “ruber”, rojo. Mientras muchas piedras preciosas rojas continuaron a ser llamadas Rubí hasta que el progreso de la ciencia gemológica durante el siglo XVIII permitió distinguirlos. Durante la antigüedad, Rubíes, Granates y Espinelas eran denominados “carbunculus” (“pequeño carbón” en latín) y no se los diferenciaba unos de otros. Los antiguos griegos los conocían como “ántrax” (carbón vivo), ya que estas bellas gemas de color rojo intenso, expuestas al sol mostraban el color de un carbón ardiente.

MITOLOGÍA SOBRE EL RUBÍ

Famoso a los hindúes como “ratnaraj”, rey de las gemas, la piedra de nacimiento del mes de Julio representa la pasión, el amor y el romanticismo. El Rubí ha sido desde siempre protagonista de leyendas: los antiguos hindúes creían que el Rubí poseía un fuego en su interior que era capaz de garantizar larga vida, mientras que en el Medioevo se creía que tenía poderes adivinos y que su color se oscurecía si se avecinaba una desgracia. Usado por los habitantes de Birmania como talismán contra las enfermedades, la mala suerte y las heridas, los Rubíes eran conocidos en tiempos remotos como gotas de sangre del corazón de la madre tierra. En el siglo XIX Ralph Waldo Emerson compuso una poesía en la cual describe el Rubí como “gotas heladas de vino que fluyen de la cuba del Edén”.

COMPOSICIÓN QUÍMICA DEL RUBÍ

El Rubí es junto al Zafiro una variedad colorida del Corindón (un cristal de óxido de aluminio), que deriva su nombre del sanscrito “kuruvinda”. El Corindón produce gemas “alocromáticas” y los restos de elementos minerales como el cromo, el hierro y el titanio, además de centros de color, coloran las gemas en diferentes tonalidades. No olvidemos que los Zafiros pueden ser encontrados en todos los colores del arco iris. El Rubí debe su color al cromo, mientras que los ejemplares de tonalidades marrones se caracterizan por tener además buena cantidad de hierro. Los Zafiros se presentan también en color rojo, (el Zafiro crepúsculo, por ejemplo) pero estas tonalidades no entran en el espectro cromático asignado al Rubí. Por lo tanto el Corindón rojo es llamado Rubí, y en otras variedades de colores es llamado Zafiro. Cabe aclarar que el Rubí es solo en un 80% rojo ya que el restante 20% muestra tonalidades de naranja, rosa, violeta o lila.

EXTRACCIÓN DEL RUBÍ

Los Rubíes de Sri Lanka eran conocidos por los antiguos griegos y romanos a partir del siglo 480 a.C. hecho que convertiría a Sri Lanka en la fuente más antigua de extracción de esta Piedra Preciosa. Pero el origen “clásico” del Rubí es el valle de Mogok, en el centro norte de Birmania. Hoy el Rubí se encuentra en Möng Hsu, al noreste de Birmania. Este país, gracias a la presencia de ejemplares de color clásico y de fuerte trasparencia es considerado entre los primeros lugares de extracción de Rubí en el mundo y su nombre ha sido conectado a esta gema de tal manera que en el pasado el título de los antiguos reyes birmanos era de “Señor del Rubí”. Otras fuentes importantes de extracción del Rubí son Afganistán, Camboya, China, India, Kenia, Madagascar, Mozambique, Sri Lanka, Tanzania, Tailandia y Vietnam.

HISTORIA DEL RUBÍ

El rubí es una de las piedras de color más históricamente significativas. Los rubíes se mencionan cuatro veces en la Biblia, en asociación con atributos como la belleza y la sabiduría.

En el idioma antiguo del sánscrito, el rubí se llama ratnaraj, o «rey de las piedras preciosas». Las primeras culturas atesoraban los rubíes por su similitud con el enrojecimiento de la sangre que fluía por sus venas, y creían que los rubíes tenían el poder de la vida.

En el siglo I d. C., el erudito romano Plinio incluyó rubíes en su Historia Natural, describiendo su dureza y densidad. Los antiguos hindúes creían que a los que ofrecían rubíes finos al dios Krishna se les otorgó el renacimiento como emperadores.

Los hindúes dividieron el rubí en cuatro castas, llamando al verdadero rubí oriental un brahmán. Se creía que alguien en posesión de un brahmán tenía la ventaja de una seguridad perfecta.

En Birmania (una fuente de rubíes desde al menos 600 dC, ahora llamada Myanmar), los guerreros poseían rubíes para hacerlos invencibles en la batalla. Sin embargo, no fue suficiente con usar los rubíes. Tuvieron que insertarlos en su carne y hacerlos parte de sus cuerpos.

CARACTERÍSTICAS DEL RUBÍ

El Rubí es una de las gemas más costosas y raras entre las Piedras Preciosas conocidas, mucho más rara que el Diamante, sobre todo en ejemplares de rojo intenso y puro. Los ejemplares de calidad superior y particularmente trasparentes pueden ser clasificados con la sigla AAA. Al ser una gema dicroica (dos colores: rojo púrpura y rojo anaranjado) y por lo tanto pleocroica, el Rubí, incluso el más fino, no tendrá nunca más del 80% de rojo puro, con gotas secundarias de naranja, rosa, púrpura o violeta.

Rubíes claros sin inclusiones visibles son casi desconocidos. Exactamente como la Alejandrita y la Esmeralda en el caso del Rubí el cromo es el responsable del color y de sus inclusiones. Perteneciente al grupo de gemas tipo II junto al Zafiro, (o sea gemas que se encuentran en la naturaleza con algunas inclusiones detectables a simple vista), el Rubí tiene normalmente más inclusiones que el Zafiro, pero más pequeñas. Sutiles inclusiones microscópicas (llamadas “seda”) en algunos Rubíes pueden tener el efecto de distribuir más delicadamente la luz, acentuando de esta manera su belleza y por lo tanto su valor. La mayor parte de los ejemplares muestra lo mejor de su propia belleza si se los observa con luz natural o bajo una fuente de luz blanca y muchas de estas gemas despliegan una fuerte fluorescencia de color rojo encendido.

VARIEDAD DEL RUBÍ

El Rubí Tanzania AAA fascina con su pureza única y su refinamiento que no hace otra cosa que aumentar constantemente su valor, no obstante sea encontrado solo en pequeñas dimensiones. Una alternativa más económica la representa el Rubí de Madagascar, que con su seda delicada conquista día a día más espacio en el mercado de las gemas. Los Rubíes pueden mostrar diferentes efectos ópticos: asterismo (efecto estrella) o chatoyance (efecto ojo de gato). Largas inclusiones de Rutilio en forma de aguja paralelas presentes en el Rubí reflejan la luz de manera que recuerda la pupila de un gato o de una estrella en el caso que la luz sea reflejada en dos o más direcciones diversas. Un Rubí Estrella bien cortado y pulido muestra una estrella clara y evidente, donde los rayos son derechos y equidistantes. La norma prevé una estrella de seis puntas, pero en algunos casos muy raros se encuentran ejemplares con estrellas de doce rayos. Todos los Rubíes Estrella y las Rubíes Ojo de Gato son pulidos a cabujón (forma convexa, muy brillante, sin facetas) y el fenómeno óptico resulta todavía más evidente si la gema viene observada bajo una única fuente de luz directa.

CUIDADO DEL RUBÍ

El Rubí puede ser expuesto a limpiezas normales, a limpieza a vapor y a limpieza de ultrasonidos. Esta gema puede tener obturaciones y espacios vacíos, cavidades, fisuras y por lo tanto está más expuesta que otras a daños derivados del uso de algunos solventes, por lo tanto es mejor evitarlos.

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