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Perla

NOMBRE

Perla deriva del latín “perna” (jamón) refiriéndose a la forma de algunos de los moluscos de Perlas. Este término ha sido usado a partir del siglo XVIII. Anteriormente los ingleses llamaban a la Perla con el nombre de “unioni” (del latín “unio”, que significa “unidad” o sea “una sola gran Perla”) o también con el nombre usado por griegos y romanos de “margarita”. Hay quienes asocian este nombre con “marina” por el origen acuático de esta gema, mientras otros derivan el nombre Perla de la palabra persa “murwari”, que significa “hija de la luz”, lo que contribuye a explicar por qué las Perlas han sido desde siempre un símbolo de pureza y de inocencia.

MITOLOGÍA SOBRE LA PERLA

Si atendemos a los mitos, las perlas son protegidas en alta mar por sirenas, ninfas acuáticas y genios en forma de serpiente. Las perlas también adornan los cuerpos de las diosas como si fueran pequeñas esferas de luz. Se asocian específicamente con las diosas del mar, pero también a las del cielo como Isis, Diana, Poseidón. De hecho, se dice que Afrodita nació del mar, como una perla. Motivo por el que en muchas pinturas la vemos adornada con ellas.

El simbolismo chino definía al Tao como la perla del sabio, mientras que los dragones celestiales extraen la perla de la sabiduría de las nieblas del caos. Las perlas negras son una rareza, en la antigua sabiduría china también creían que las perlas se originan dentro del cerebro de los dragones, por eso se les asocia la sabiduría. Estos seres protegían a las perlas colocándolas entre sus dientes y para conseguirlas había que matar al dragón.

Si lo pensamos bien, parte de la magia de las perlas es que son una joya que nace de algo irritante, puede ser un grano de arena o algo de materia orgánica que penetra en la madreperla y que esta es incapaz de expulsar. La forma y el tamaño de las perlas suelen variar, pero lo más habitual es que tengan un tono pastel suave e irisado. Su naturaleza delicada y prístina ha hecho que se las considere como un emblema de la virginidad de la pureza y del amor juvenil. En este sentido, era habitual que las novias llevarán un collar de perlas.

COMPOSICIÓN QUÍMICA DE LA PERLA

Las Perlas son una reacción natural de los moluscos defendiéndose de elementos extraños: cuando una substancia irritante, como un minúsculo fragmento de coral o un parásito se insinúa en el delicado tejido del molusco, éste pone en acción un mecanismo de defensa que consiste en una combinación de carbonato de calcio, conocido con el nombre de “Madreperla” o “Nácar”. Con el tiempo, en algunos casos, este proceso dará nacimiento a una Perla.

EXTRACCIÓN DE LA PERLA

Las Perlas se diferencian según el sitio donde se extraen y las principales variedades son las siguientes: Perla Akoya, Perla de Agua Dulce, Perla del mar del Sur y Perla Tahitiana. La contaminación de su hábitat originario ha hecho que la Perla Akoya sea cultivada además en China, Tahiti y Vietnam. Las Perlas de Agua Dulce derivan de China y de Japón mientras que las Perlas del mar del Sur son cultivadas en Australia, Indonesia y Filipinas.

HISTORIA DE LA PERLA

Desde siempre se ha considerado la Perla una de las gemas más preciosas y por esto ha sido identificada como símbolo de poder y prestigio. En consecuencia denotaba el estado social y la riqueza de su poseedor. Hace más de 2000 años atrás en la antigua Roma las Perlas eran el objeto más precioso que se pudiera adquirir con dinero. Julio Cesar, general romano, dictador y amante de las Perlas hizo aprobar una ley en el siglo I a.C. que impedía a las clases sociales no consideradas nobles de usar Perlas. La reina Elizabeth I sentía tal fascinación por las Perlas que fue incluso llamada “Reina de las Perlas”. La apreciación histórica de las Perlas está documentada además en las religiones. En el Nuevo Testamento (Mateo 13, 45-46) Jesús compara el Reino de los Cielos a una “espléndida Perla”, mientras en el Corán (35:33) el Reino de los Cielos cuenta con “jardines de perpetua felicidad y quién entrará será adornado con brazaletes de oro y Perlas”. En 1908 tuvo lugar el primer cultivo de Perlas a cargo de Kokichi Mikimoto: un primer cultivo rudimentario había sido experimentado en China en el siglo V, pero fue Mukimoto, llamado “el Rey de las Perlas” a obtener Perlas perfectamente redondas. A partir de los años 60, las Perlas cultivadas se han difundido en el mercado de las gemas y consecuentemente se han vuelto más accesibles para todos.

CARACTERÍSTICAS DE LA PERLA

Las Perlas pueden ser esféricas (perfectamente redondas o casi), simétricas (ovales proporcionadas o a forma de gota) o barrocas (abstractas o irregulares). Una vez fuera de la concha están listas para ser usadas, evitando el interminable proceso de corte y tallado.

La proveniencia es el factor primario por el cual se juzga la calidad de una Perla, debido a que la Perlas de diferentes sitios cuentan con diversidad de calidad y precio. Además de por sus diferentes especies, las Perlas son evaluadas en base al color del cuerpo, su brillo, su iridiscencia, el así llamado “oriente”, la pureza de su superficie, su textura, su dimensión, forma y simetría.

Por lo que se refiere al color de base del cuerpo de las Perlas la elección es muy vasta: albaricoque (anaranjada-amarilla), negro, azul, bronce (marrón-rojizo), champagne (amarillo- rosado), chocolate, crema, oro, verde, gris, anaranjado, durazno (anaranjado-rosa) ciruela (violeta-rosada), púrpura, rojo violeta, blanco, amarillo y todas las gamas intermedias de estos colores.

El “oriente” de una Perla es el color secundario que la Perla emana y junto a su brillo es lo que hace resaltar los ejemplares más bellos. El oriente, de colores translúcidos, se “mueve” o desliza sobre el cuerpo de la Perla, acentuando y contrastando su profundidad y esplendor. La palabra “oriente” proviene del latín “oriens” que significa “salida del sol”, descripción apropiada para este efecto tan particular. Mientras el oriente es típicamente de un tono el número de colores visibles y su intensidad dependen de la especie perlífera y del espesor del nácar. El brillo de la Perla también depende del espesor del nácar. Es importante además tener en cuenta las inclusiones de la Perla, su trasparencia, la pureza y la textura de su superficie. Perlas con superficie suave reflejan la luz más uniformemente que aquellas con imperfecciones significativas.

VARIEDAD DE PERLAS

Las Perlas Akoya (Pinctada fucata martensi) derivan su nombre de la palabra japonesa “akoya-gai”, usada originalmente por Mikimoto para designar las Perlas de agua salada. Las Perlas Akoya crecen en un período que varía entre ocho meses y dos años, al interior de una ostra en la cual se han inserido hasta cinco esferas minúsculas de nácar. Las Perlas Akoya miden en general de 2 a 6 milímetros de diámetro. Una de cada cinco ostras produce una Perla y solo una pequeña fracción de las Perlas producidas de esta manera consigue obtener calidad de gema (gem qualita)

Las Perlas de Agua Dulce o Freshwater: la “Hyriopsis Cuingii” viven en agua dulce y producen Perlas de diferentes colores y formas. Una vez injertado el molusco con tejido extraño, éste puede producir hasta cincuenta perlas, contribuyendo a hacer que el precio sea extremamente accesible. Se trata de Nácar o Madreperla sólida, muy luminosas, de múltiples colores y de formas típicamente barrocas.

Las Perlas del mar del Sur (Pinctada Maxima) son famosas por su color blanco, plateadas y doradas. Crecen en un período que oscila entre los dos meses y los seis años y toleran el injerto de un núcleo a la vez. Las Perlas del mar del Sur alcanzan grandes dimensiones: entre los diez y los dieciséis milímetros de diámetro, llegando en algunas ocasiones a los veinte milímetros.

Las Perlas Tahitianas (Pinctada Margaritifera) derivan su nombre de la isla de la Polinesia francesa. Se trata de las Perlas más codiciadas, las cuales han sido introducidas en el mercado europeo recién a partir del 1845. Las Perlas Tahitianas requieren de un tiempo de formación que va de los cuatro a los cinco años. Hospedan un núcleo por vez, aunque más de una vez consecutivamente. Las Perlas Tahitianas ostentan buenas dimensiones, entre ocho y dieciséis milímetros de diámetro.

CUIDADO DE LA PERLA

Las Perlas pueden ser limpiadas con un paño húmedo.

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